martes, 25 de marzo de 2014

PASEO MARITIMO RENOVADO


Con la peatonalización de siete cuadras y la reestructuración del rompeolas, el malecón de Puerto Vallarta ha vuelto a ser un vívido espacio de encuentro social en el corazón del Centro Histórico de Vallarta.

Una de las características de Puerto Vallarta, Jalisco es que ademaás de ser uno de los destinos de playa más visitados del país, es un pueblo tradicional fundado en el siglo XIX, lo que le confiere un encanto especial. Famoso a nivel mundial desde la década de los sesenta, esta ciudad fue subsede de los Juegos Olímpicos Panamericanos, Guadalajara 2011, evento que motivó una serie de obras de mejoramiento urbano como lo fue la rehabilitación del Centro Histórico. Se invirtieron 280 millones de pesos en la creación de una nueva unidad administrativa municipal, un museo de arte, un muelle en la playa los Muertos, así como la rehabilitación de fachadas y cableado subterráneo. Además, era necesario hacer un recorrido atractivo para los turistas, lo que implicó la recuperación y mejoramiento del espacio público y con ello, de uno de sus elementos más emblemáticos: el Malecón.

Para definir el rumbo a seguir, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), el Gobierno del Estado de Jalisco y el Ayuntamiento de Puerto Vallarta realizaron el Programa de Desarrollo Turístico del Centro Histórico de Puerto Vallarta que plantea el reposicionamiento de la zona mediante la creación y desarrollo de nuevos productos turísticos de alta calidad, dentro de un marco de sustentabilidad y de acuerdo a los requerimientos del mercado y a las expectativas de la población.

En primer término se llevó a cabo un diagnóstico de usos y del espacio público. El resultado fue que si bien el Malecón es un sitio emblemático para la población, se usaba poco porque no tenía sombra; era peligroso debido al tránsito vehicular; los negocios estaban cerrando (53% de los locales estaban vacíos) y sólo había bares en la noche. Además, tras el paso del huracán Kenna (agosto de 2002), esta estructura marítima quedó dañada y ya no cumplió con su función principal que es proteger a la ciudad del oleaje del oceáno Pacífico.

Espacio de convivencia y de protección civil

Las obras de renovación urbana del Paseo Díaz Ordaz “Malecón de Puerto Vallarta”, consistieron en la peatonalización de siete cuadras frente al mar; la recuperación del espacio público dañado y la generación de lugares óptimos para la convivencia de la comunidad y de los turistas. En lo que toca al tema de protección civil, se construyeron 700 metros lineales de muro rompeolas, cimentado en pilotes y bocas de tormenta para desahogar el agua y evitar inundaciones. Esta es una obra de protección civil importante ya que contiene la fuerza hidráulica de un huracán; pero también la fuerza hidráulica de toda el agua que baja de la Sierra Madre Occidental. La ingeniería hidráulica fue realizada por expertos en el tema. En cuanto al proyecto arquitectónico y de paisaje, se tuvo la participación de los despachos de arquitectura tapatíos Trama Arquitectos y Estudio 314, así como el grupo holandés West 8. Por su parte, el artista huichol Fidencio Benítez Sánchez realizó el diseño de los pavimentos. Cabe mencionar que esta obra fue reconocida en la XII Bienal de Arquitectura Mexicana como el mejor proyecto de diseño urbano.

Con la renovación de este espacio, el Centro Histórico de Puerto Vallarta ha recuperado y mejorado un espacio de encuentro social. Sin embargo, no fue fácil convencer a la población de los beneficios que se lograrían con su construcción. Desde 1984 había antecedentes para la peatonalización de las calles; sin embargo, la gente se oponía. Para lograrlo, el municipio organizó foros y mesas de trabajo con la participación de la ciudadanía, hoteleros y restauranteros en las que se planteó que el objetivo principal era reforzar el corazón social del antiguo pueblo y recuperar la identidad. West 8, firma holandesa creadora de proyectos de diseño urbano y arquitectura de paisaje reconocidos a nivel mundial en ciudades como Madrid y Nueva York, propuso una serie de recomendaciones en colaboración con las firmas tapatías que se realizaron en un período récord de tan sólo ocho meses.

En entrevista para Construcción y Tecnología en Concreto, el arquitecto Leonardo Díaz, de Estudio 314, expresó que el diseño de la imagen urbana del paseo marítimo vallartense nació del contexto inmediato. Los elementos están diseñados como un todo siendo el arte huichol (wixárika) la principal fuente de inspiración. El artista Fidencio Benítez Sánchez —ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes— plasmó en un cuadro el mito de la creación según los huicholes, que señala que la vida salió del mar. Los arquitectos tomaron las imágenes de este cuadro para plasmarlas en los pavimentos en tapetes de piedra artesanal. “Todas las banquetas del Centro Histórico de Vallarta tienen desde hace muchos años una culebrita hecha de piedritas. Esto llamó mucho la atención del equipo de West 8; les explicamos que estos mosaicos de piedras
son tradicionales en la costa del Pacífico mexicano y se fascinaron porque es un trabajo que sólo nuestros maestros artesanos pueden hacer; esto en Europa es impensable”.

Las bancas también están inspiradas en el arte huichol al tiempo que las luminarias y los bolardos son una abstracción del peyote.

Calidad en el diseño y la ejecución 
Para que este espacio tuviera una imagen de clase mundial, el uso de elementos de concreto prefabricado fue fundamental. Leonardo Díaz comenta que el equipo de West 8 insistió en convertir el muro de contención del malecón en una banca continua donde pueden sentarse más de mil personas, ya sea viendo hacia el mar o bien, hacia el cerro. Grupo Napresa, empresa con sede en Zapopan, Jalisco, tuvo a su cargo la fabricación de bancas y jardineras de acuerdo con el diseño planteado por los arquitectos que se componen por cuatro módulos con los que se arman distintas figuras. Cabe mencionar que originalmente estas piezas iban a ser sólidas, pero era muy costoso; Napresa ajustó el diseño y lo resolvió con piezas en forma de L que se soportan en un muro de ladrillo.

En lo que toca a los pavimentos, el arquitecto Díaz comentó que para lograr que éstos no se agrietaran, se siguieron una serie de especificaciones técnicas del Instituto Americano del Concreto (ACI), así como recomendaciones de CEMEX. “Tratamos de hacer los recuadros lo más grandes posible. Las juntas de dilatación son parte del diseño; además hay recuadros de distintos anchos y colores porque el material no se comporta igual en sentido perpendicular que transversal. La solución técnica fue decidida con base en los intereses estéticos”. Para definir el color de los pavimentos se hicieron tres muestras y se mandaron las imágenes a Rotterdam. West 8 pidió que se fotografiaran en el contexto y de esta manera fue tomada la decisión final de los tonos.

Los tapetes artesanales diseñados por Fidencio Benítez fueron ejecutados por un ingeniero que trabaja con el arquitecto Marco Aldaco, cuyas casas de playa de la costa del Pacífico son distintivas por el exquisito diseño de los pisos realizados con piedra de río.

Parte fundamental de este proyecto de regeneración urbana es la vegetación. Los árboles seleccionados son almendros porque se buscaba una especie perenne que resistiera la salinidad del mar. En las jardineras hay dos tipos de palmeras, 250 de coco de agua con las que se creó un palmar sombreado y otras de hoja más delgada. Leonardo Díaz explica que en México no hay producción de plantas endémicas; por esta razón, se tuvieron que usar las que se manejan en la industria turística. Para la vegetación baja las plantas fueron recomendadas por un vivero local. También se incorporarán bugambilias que aunque no son originarias de la región se han convertido en un sello distintivo.

Otros elementos característicos que ya tenía el malecón son 17 esculturas de bronce realizadas por Alejandro Colunga, Sergio Bustamante, Adrián Reynoso, Carlos Espino y Rafael Zamarripa, entre otros artistas. Durante la obra, las piezas fueron retiradas temporalmente para ser reparadas y reubicadas dentro del nuevo diseño. Asimismo, en la zona del anfiteatro, los arcos que marcan la entrada al malecón fueron reconstruidos por el mismo artista que los realizó anteriormente. En lo que toca a la iluminación, el concepto fue crear un ambiente romántico que evocara la época de Richard Burton y Elizabeth Taylor. También se dio importancia a cuidar la intensidad porque esta es una zona donde nacen tortugas; en este sentido, la estrategia fue crear un “efecto de luz de luna” combinada con iluminación focalizada en algunos puntos como las esculturas y las palmeras e iluminación con leds escondida en los remates de las bancas.

Un paseo para todos

Con la rehabilitación del malecón, Puerto Vallarta ganó 6 mil metros cuadrados de espacio público peatonal concebidos para que habitantes, residentes y turistas realicen compras tranquilamente, vean actuaciones en vivo, disfruten espectaculares puestas de sol y gocen de la oferta gastronómica.

Inaugurado el 25 de noviembre de 2011, este paseo marítimo hoy tiene una mejor arquitectura, funcionalidad y ofrece la protección necesaria ante los fenómenos naturales. Esta obra fue realizada en un plazo de seis meses y la inversión fue de 50 millones de pesos obtenidos a través programa Zofemat 2011. Para el arquitecto Leonardo Díaz otro de los principales logros fue haber tenido la capacidad de gestionar, dentro de una realidad de administraciones municipales de tres anos, el proyecto y la ejecución de esta obra, además de contar con la participación de un despacho internacional de gran prestigio como West 8 que por vez primera realiza un proyecto en América Latina.


Por Isaura González Gottdiener
Fotos: Cortesía Estudio 314


Artículo publicado en el número de noviembre 2012 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C

CON VISTA AL MAR


Cuando llega el verano, la costa yucateca se pone de ambiente. De ahí que año con año se yerguen nuevas construcciones en la zona; casas de playa cuyo principal propósito es convivir con la familia frente al mar.

En la localidad de San Bruno, Yucatán, en la carretera de Progreso a Telchac, el despacho emeritense Seijo- Peón Arquitectos realizó el Conjunto OB, un proyecto para una familia que deseaba una casa principal frente al mar y unos bungalós en la parte posterior. Originalmente los clientes pidieron que sólo la casa principal tuviera vista al mar; sin embargo, los arquitectos se plantearon el reto de lograr que los bungalós no se quedaran privados de vistas ya que en los años inmediatos serán rentados. Así, al darle vista a todas las casas tanto en sus áreas sociales como en las habitaciones, el valor de la renta aumenta, y cuando sean ocupadas por futuras familias consanguíneas gozarán de total independencia de la casa principal. En este proyecto, los arquitectos también tomaron en cuenta que si bien ahora los predios vecinos están baldíos, en un futuro pueden ser construidos. Otro reto fue cumplir con las disposiciones de la Semarnat que autoriza sólo el 20% de ocupación del predio.

En entrevista para CyT, el arquitecto Juan Carlos Seijo expresó que para lograr que todas las casas tuvieran vista al mar el proyecto se escalonó a lo largo del terreno que es angosto y largo (el lado corto de 23 m es el que da al mar). El proceso de análisis fue largo para lograr finalmente un resultado en apariencia simple: un conjunto integrado por cuatro cuerpos con fachadas curvas que conducen de manera sutil las vistas.

“El reto fue que cada dormitorio y área social disfrutaran de una vista al mar. El proyecto está ordenado por un eje imaginario noroeste-sudeste de manera que cada casa tiene el 50% de sus vistas libres hacia el horizonte por lo que se aprovechan los vientos dominantes para ventilarlas naturalmente. Para suavizar las vistas del otro 50%, que quedan tapadas por el cuerpo anterior, decidimos que los muros tuvieran una curva suave. Estas curvas se trabajaron de manera que cada área social tiene privacidad respecto de las otras. En el lado oeste fueron diseñadas para conducir al usuario hacia las terrazas con vistas al mar que enmarcan el acceso a cada búngalo. Por su parte, la entrada de la casa principal está en el extremo de un eje visual. El proyecto es sencillo, sin grandes pretensiones. El funcionamiento interior es mucho más simple de lo que uno puede pensar al ver las fachadas”.


El arquitecto Juan Carlos Seijo afirma que el lenguaje formal ha generado diversas interpretaciones entre la comunidad local respecto a los elementos contextuales que pueden haber inspirado el diseño desde el principio (olas, velas, conchas, dunas, barcos). Explica que en realidad, el origen del diseño curvilíneo fue el resultado de un extenso análisis espacial y visual hacia el mar y de pensar cómo iban a entrar los vientos y cómo se iba a derramar la luz en los muros, entre otros temas. “Por supuesto, durante el proceso de diseño reconocimos y explotamos las similitudes con elementos contextuales para vincular el proyecto a su entorno. El lenguaje se fue puliendo y el resultado es una arquitectura unitaria y contundente en su expresión formal que se va a enriquecer notablemente conforme la vegetación crezca y tome presencia”.

Cabe subrayar que en la costa yucateca donde se encuentra esta residencia, crecen naturalmente en las playas palmas de coco, uva de mar, cactus, yuca, nopal y avena de mar, entre otras especies. Para seleccionar las que están en el Conjunto OB, el despacho trabajó de la mano con un vivero local.


Uso del concreto

Ubicadas en un ambiente de alta salinidad, las casas del Conjunto OB fueron construidas con estructura de concreto armado, muros de block de cemento, aplanados simples y pisos de mármol travertino. A decir se sus creadores: “El concreto es el mejor material para ambientes costeros tanto por la salinidad, como por la seguridad que brinda ante los huracanes. Nosotros siempre lo recomendamos para nuestros proyectos en la costa porque ofrece muchas ventajas”. En el caso de los muros, como las curvas son muy tenues fue posible construirlos con block de concreto tradicional de 10 x 15 x 40 cm. La obra fue ejecutada por la constructora Uribe Capetillo, de Mérida, ya que Seijo-Peón Arquitectos se enfoca únicamente a desarrollar proyectos de arquitectura. En la actualidad este despacho yucateco desarrolla proyectos urbanos, residenciales, para oficinas, de servicios y de interiores en Mérida y otras ciudades de la península de Yucatán, además de participar en concursos nacionales e internacionales con regularidad.




Acerca del despacho

Juan Carlos Seijo Encalada es arquitecto por la universidad Marista de Mérida. Entre 1998 y 1999 trabajó con el arquitecto emeritense Augusto Quijano. En 2004 fundó Seijo Arquitectos y Asociados, despacho del cual es director general. Para este joven arquitecto yucateco, la arquitectura es cómo la vive el hombre y cómo convive la propia obra con su entorno y con el tiempo. Uno de los principales intereses del despacho es la reflexión en torno al diseño y la concepción de nuestras ciudades actuales y las futuras.


También han colaborado en proyectos urbanos en pequeña escala en Mérida y Playa del Carmen, amén de que esperan involucrarse en escalas de mayores dimensiones. Es por ello que sus proyectos de arquitectura buscan ser respetuosos y amigos de la ciudad. Para lograrlo, analizan las circunstancias particulares de cada sitio, uso y tiempo, con el propósito de que sus obras sean adecuadas para el entorno en que se asientan y contribuyan a la transformación positiva de éste. 

En sus casi 10 años de vida, Seijo Peón Arquitectos y Asociados ha desarrollado proyectos urbanos, casas, hoteles, oficinas, comercios y diseño de interiores, principalmente en la península de Yucatán, consolidándose como una de los principales exponentes de la arquitectura yucateca contemporánea.

Para Juan Carlos Seijo el trabajo en equipo es fundamental. “Una gran fuente de riqueza es el intercambio y generación de ideas y conceptos con otros arquitectos y despachos locales con los que hemos trabajado conjuntamente”. Ejemplo de lo anterior es su colaboración, con el también yucateco, arquitecto Xavier Muñoz Menéndez en el proyecto del Nuevo Recinto para la Cámara de Senadores, construido en el Paseo de la Reforma en la ciudad de México. Otro de sus intereses es la vida académica; el arquitecto Seijo es profesor de la materia de Proyectos de la carrera de Arquitectura de la Universidad Marista de Mérida desde 2001.

Por sus proyectos y obras el despacho ha obtenido varios premios y reconocimientos entre los que destacan: Primer lugar en la categoría Vivienda Multifamiliar la Bienal de Arquitectura Yucateca, con la obra Conjunto Habitacional LGM, en Cancún, Quintana Roo; Primer lugar en la categoría Recreación, Servicios Deporte y Arquitectura de Paisaje en la Bienal de Arquitectura Yucateca 2011,
con la obras Casa Club La Punta en Mérida, Yucatán y Segundo lugar internacional en los Premios Obras Cemex 2012 con la obra Conjunto OB. En 2012, el despacho fue invitado a participar en la exposición “21 Jóvenes Arquitectos Mexicanos, relevo generacional”, organizada por la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

Nombre de la obra: Conjunto OB.
Ubicación: San Bruno, Yucatán, México.
Superficie de construcción: 1062.55 m2.
Construcción: Constructora Uribe Capetillo.
Proyecto arquitectónico: Seijo Peón Arquitectos y Asociados
(arq. Juan Carlos Seijo. Colaboradores: D.I. Claudina Peón;
arq. Gabriela Arcila y Arq. Federico Sauri.
Diseño Estructural: Ing. Eduardo Márquez Sierra.
Fotografía: Arq. Tamara Uribe Manzanilla.


Por Isaura Gottdiener

Fotos: Seijo Peón Arquitectos (Tamara Uribe).


Artículo publicado en el número de julio 2012 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.



UNA URBANISTA CON VISION DE GENERO


Maestra de generaciones, activista gremial y apasionada de su profesión, la doctora en Urbanismo Estefanía Chávez de Ortega es pilar de la enseñanza universitaria y una impulsora incansable de la equidad de género.

Estefanía Chávez de Caso creció en el contexto de una región fronteriza en la década de los años treinta del siglo XX. Su padre era ingeniero topógrafo y había ido a hacer un bordo del lado mexicano. Desde su infancia quedó maravillada en cómo un buen proyecto urbano puede transformar de forma positiva la vida de la gente.

“Mi padre fue un señor visionario. Tenía que atender el problema con unos cuantos pesos. Analizó el espacio, el ambiente, el momento histórico y los recursos humanos disponibles en ese lugar y se le ocurrió hacer un proyecto para apoyar a la gente, además de resolver el tema del bordo. Con el dinero que tenía le dio comida a la gente a cambio de trabajo con el compromiso futuro de que cuando la zona estuviera seca y se pudiera hacer el bordo y los canales para distribuir el agua les iba a pagar con un terreno. Todo el mundo estuvo de acuerdo. Las juntas se hacían debajo de un árbol e hicieron obras que ahora se podrían llamar sustentables porque preservaban la naturaleza. Esto fue a finales de los años treinta durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas. La obra que no era ni para los ricos ni latifundistas, sino que se apoyaba en los planes de la reforma agraria para distribuir tierra a los campesinos. Yo era una niña y veía el entusiasmo de la gente. Vi que era algo maravilloso y no sabía que iba a ser mi vocación pero me encantaba ver lo que se estaba haciendo” comentó a CyT.

Cuando Estefanía Chávez tuvo que decidir qué carrera estudiar no existía la que quería que era planificación urbana regional. Las opciones que le ofrecían algún contacto con esta disciplina eran Ingeniería, Geografía, Arquitectura y Sociología. La doctora nos dice que escogió Arquitectura porque en Ingeniería no había baño de mujeres. En Geografía todavía no se tenía muy clara la división entre la geografía física y geografía humana, y en sociología se estudiaban los fenómenos urbanos pero no la planeación. Ella quería ser ejecutora de acciones y de proyectos que sirvieran a la comunidad por lo que la arquitectura era la alternativa más cercana.

“Entré ilusionada con tomar una única asignatura de urbanismo en quinto semestre; cuando finalmente llegué se murió el maestro José Luis Cuevas que era el jefe de proyectos urbanos de Mario Pani. Homónimo del pintor, José Luis Cuevas daba clases de urbanismo en San Carlos. Murió un año antes de que Estefanía Chávez tomara esa materia. Nos quedamos sin maestro pues por respeto a Cuevas, nadie se atrevió a dar la cátedra. Entonces se decidió sumar la asignatura con la de proyectos”.

Corrían entonces los años cincuenta en que hubo un alto crecimiento de las ciudades por la oferta de empleos industriales y surgió la necesidad de contar con planos reguladores. Estefanía Chávez explica que como consecuencia de la Revolución Industrial en Europa se habían inventado los planos reguladores y éstos se copiaron en México sin ninguna referencia. “Los estudiantes dirigidos por maestros empezamos a hacerlos; también los hacían los ingenieros. Nos fusilamos los planes modelo europeos pero eran para una cultura diferente a la nuestra”. Así empezó a gestarse una generación de urbanistas en México. “El primer plan regulador en nuestro país no lo hizo ni un arquitecto ni un ingeniero, lo hizo un abogado que sabía que debía estar respaldado por leyes”, dice Estefanía Chávez.

Pionera del urbanismo en México

Las primeras licenciaturas en Planificación urbana en México fueron las de Ingenieros Municipales del Instituto Politécnico Nacional y de Asentamientos Humanos de la Universidad Autónoma Metropolitana. La doctora Chávez cuenta que en la UNAM desde que el maestro José Luis Cuevas daba clases en 1929 se hablaba de la importancia de que el urbanismo fuera una licenciatura; sin embargo, los arquitectos se oponían porque creían que ellos podían resolver todo. “Durante años varios seguíamos insistiendo en que se aprobara la carrera. En la década de los sesenta presentamos una propuesta; estuvimos dirigidos por el maestro Domingo García Ramos; pero los arquitectos seguían oponiéndose”, dice Estefanía Chávez.


En 1976 la ONU estableció el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, UN-HABITAT y con ello el grupo de académicos que impulsaban la creación de la licenciatura cobró fuerza. Sin embargo, pasó casi una década para cristalizar su sueño porque les exigieron que el cuerpo docente estuviera conformado por maestros y doctores. Finalmente, en 1985 se creó la Licenciatura en Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. La maestra Estefanía Chávez fue la primera coordinadora de esta escuela en la que se han formado decenas de urbanistas en el campo de la planeación y el diseño urbano, además de que ha desarrollado varias líneas de investigación en temas como desarrollo sustentable; atención a zonas de pobreza urbana; rescate de centros históricos; suelo urbano y urbanismo multicultural.

La doctora Chávez dice que desde su creación la licenciatura surgió con una visión transdisciplinaria. La escuela está altamente calificada académicamente pero en la actualidad enfrenta el reto de poder crecer. “Necesitamos abrir la alternativa de que la carrera sea más grande. Hay mucha necesidad de contar con más urbanistas que puedan dar respuesta a todas las demandas, tanto a las de los desarrolladores inmobiliarios como a las de la población mayoritaria. La carrera tiene una visión humanista; pero los urbanistas que ganan bien son los que colaboran con los desarrolladores y esto es un reto ya que para este sector sólo cuenta el negocio y no debemos perder de vista que lo importante es hacer ciudad”.

Por su trayectoria académica, Estefanía Chávez ha sido motivo de reconocimientos como la Medalla Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la UNAM a sus académicas distinguidas en el Día Internacional de la Mujer, así como la Medalla al Mérito Universitario por 50 años de labor académica. El pasado 2012, con motivo de su 80 cumpleaños, la Facultad de Arquitectura le rindió un emotivo homenaje en el que se destacó su compromiso con la UNAM, así como su energía, pasión y permanente renovación en su búsqueda por la instrucción. Maestra de generaciones, “Manina” como le llaman sus colegas y familiares, se declara una universitaria del alma. La doctora ha dado decenas de conferencias; es autora del libro Urbanismo en ciudades medias y pequeñas y coautora de diversas publicaciones, artículos, y programas de radio y televisión.

Activista gremial y promotora de la equidad de género

Inquieta y emprendedora, Estefanía Chávez impulsa desde hace décadas la participación de la mujer en la búsqueda de soluciones de plantificación urbana. En este sentido, la maestra recuerda que desde 1970 las mujeres empezaron a participar en las reuniones de la Organización del las Naciones Unidas y en 1975 se llevó a cabo la primera conferencia mundial sobre la condición jurídica y social de la mujer en nuestro país. Como presidenta de la Sociedad Mexicana de Planificación (1968-1976), participó en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, realizada en Estocolmo, Suecia, en los grupos que le hacían ver al mundo la importancia de frenar el deterioro ambiental. En 1976 promovió la Ley General de Asentamientos Humanos y llevó a Vancouver, Canadá, a un grupo no gubernamental formado por arquitectos interesados en el campo del urbanismo.


En 1969, la doctora Chávez fundó la Asociación Nacional de Mujeres Arquitectas y Urbanistas (AMAU), grupo que promueve las opiniones y teorías planteadas por las mujeres profesionales de la arquitectura y el urbanismo con perspectiva multicultural y de género. “Las mujeres tenemos una participación importante en la humanización de la ciudad; en establecer el diálogo con la población. Podemos ayudar en los barrios, en las calles, en las juntas de vecinos. Eso es lo que hemos estado haciendo desde la AMAU. Las ciudades se hicieron para hacer cultura. Hay que acabar con lo deshumanizado y tratar de humanizarlo y para lograrlo el papel de la mujer es fundamental”.

Cabe decir que la AMAU es una asociación que pertenece a la Sociedad de Arquitectos Mexicanos y tiene vínculos con el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, la Federación de Mujeres Universitarias (FEMU), la Unión Internacional de Mujeres Arquitectas (UIFA) , la Federación Internacional de Mujeres Universitarias (IFUW), entre otras asociaciones de diseño, urbanismo, gobernabilidad y sustentabilidad. Activa gremialista, Estefanía Chávez es miembro vitalicio del CAM-SAM y Académica Emérita de la Academia Nacional de Arquitectura.

A lo largo de su prolífica vida “Manina” Chávez se ha puesto muchas “cachuchas”: Es madre de familia, urbanista, maestra, estudiosa del urbanismo, apasionada de su profesión, respetuosa de su gremio y planificadora. En este abanico de actividades destaca que también fue delegada política en Xochimilco y asesora de presidentes, gobernadores y jefes de gobierno. Al preguntarle cuáles son los retos que enfrenta la planeación urbana en la actualidad, dice: “Nos ha faltado visión para entender que el urbanismo es una transdisiciplina. Los arquitectos que se dedican a la planeación tienen que quitarse el suéter de arquitectos y ser urbanistas; la arquitectura es parte de la ciudad, no la ciudad parte de la arquitectura. También se ha profundizado poco sobre qué hacemos diferente las mujeres en nuestro quehacer profesional, y cómo esto contribuye con el desarrollo de la sociedad y por ende de la ciudad”.

Por Isaura González Gottdiener.
Fotos: a&s photo/graphics.


Artículo publicado en el número de marzo 2013 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.

NUEVA VIDA PARA EL TAMAYO


Sin duda se trata de uno de los más emblemáticos museos de la Ciudad de México, que forma además parte del recorrido cultural que ofrece el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.

A finales de los años 70 el pintor Rufino Tamayo cristalizó el sueño de tener un museo en el bosque de Chapultepec. Los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludowsky fueron los autores del proyecto que fue concebido para dar cabida a ampliaciones futuras. 30 años después el Museo Tamayo ha reabierto sus puertas tras 10 meses de obras de remodelación y ampliación cuyo proyecto realizó nuevamente Teodoro González de León.

Un experto en el tema de museos, Glen D. Lowry, director del Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York dice que los museos de arte se han transformado de ser simples contenedores de objetos a ser espacios de encuentro donde los visitantes viven experiencias e interactúan con las obras. Es así que numerosos museos de arte contemporáneo, enfrentan en la actualidad el reto de transformarse para dar cabida al arte del siglo XXI. Así, con el fin de evolucionar y seguir vigente en un mundo de cambios vertiginosos, el Museo Tamayo, uno de los más reconocidos de América Latina, fue sometido a una cirugía múltiple en la que uno de los principales desafíos fue que la piel de concreto de las nuevas áreas quedara integrada perfectamente al edificio original.

Los intentos de ampliación del Museo Tamayo iniciaron a los cinco anos de su apertura. En entrevista para CyT, el arquitecto Teodoro González de León afirmó que el edificio nació con deficiencias porque se construyó en menos de un año. “Rufino Tamayo tenía nueve años gestionando con el gobierno que su museo estuviera en Chapultepec. Mucha gente no quería que estuviera allí, así que tuvo que sortear muchos obstáculos. Un día nos llamó Carlos Hank González — entonces regente de la ciudad — y nos enseñó el terreno donde había una casa de madera tipo inglés que era la casa club del antiguo club de golf. Nos dijo que si ajustábamos el proyecto al terreno no había que pedirle permiso a nadie. Aceptamos y la obra se construyó en sólo nueve meses”.


Intentos de ampliaciones fueron y vinieron sin que cristalizaran. Poco a poco se fueron agregando elementos de manera improvisada como la tienda, la cafeteriía y el auditorio. Algunas de las entradas de luz natural quedaron tapiadas y el personal operativo fue creciendo en número y en requerimientos de espacio. En 2009, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Fundación Olga y Rufino Tamayo, A.C. (FORT) retomaron el proyecto de ampliación y firmaron un acuerdo de colaboración para formar un fondo de participación mixta para financiar el proyecto y la obra. Para este proyecto de ampliación, se comisionó nuevamente al arquitecto Teodoro González de León, la construcción estuvo a cargo de Arquitech, y la empresa Winco supervisó la obra.

Volver sobre sus propios pasos

Al aceptar el encargo, la primera decisión que tuvo que tomar Teodoro González de León fue cómo abordar el proyecto. “Obviamente en 30 años he cambiado y eso me llevó a plantearme dos posibilidades: una era marcar claramente la nueva intervención; otra, seguir la pauta con la que hicimos el museo Abraham y yo hace 30 años. Me decidí por la segunda alternativa”. Hacia el exterior, el crecimiento del edificio prácticamente pasa inadvertido, sólo la presencia de la tienda y la cafetería se hacen notar. “El museo es muy hermético; esto fue parte del concepto inicial. Está envuelto por taludes que disminuyen visualmente su tamaño para fundirlo con el bosque. Hicimos la ampliación respetando esta idea; pero ahora hay dos elementos muy vistosos que son la tienda y el restaurante. Estos espacios están a una cota de altura estupenda porque desde la terraza estando sentado se ve el nacimiento de la fronda de los árboles del bosque y los troncos quedan debajo de la visual”.


En lo que toca a las nuevas salas, el arquitecto recuerda que hace 30 años Abraham Zabludowsky y él visitaron 60 museos y concluyeron que el ancho adecuado para estos espacios era de 7.0 m y la altura de 4.5 m. “En la actualidad las necesidades del arte son otras. Ahora la distancia óptima es de 12 m y las alturas van del orden de 6 a 9 m. Respetando la modulación original, las nuevas salas son de 14 x 14 m para que se pueda hacer cualquier ‘diablura’ contemporánea”. En lo que toca al auditorio el reto fue eliminar las filtraciones de agua. Este espacio había quedado sin concluir cuando se inauguró el recinto y después se adaptó pero no se había resuelto el problema de las filtraciones. Hoy, el auditorio tiene una imagen renovada; está equipado con tecnología de punta y las humedades son cosa del pasado. Por cierto, en este espacio el arquitecto González de León recibió la Medalla Bellas Artes que otorga el INBA a los creadores más destacados de nuestro país.


Otro de los conceptos a incorporar fue la accesibilidad. Ahora el Museo Tamayo cuenta con rampas y elevador que facilitan el acceso a personas con discapacidad a todas sus áreas y niveles. “El elevador fue un acertijo — dice el arquitecto — ya que el edificio está organizado en medios niveles y había que conectar todos (siete en total). Sólo hay un punto en el que esto se logra de manera fantástica; sin embargo, me costó mucho trabajo encontrarlo”.

El museo reabrió con seis exposiciones de artistas diversos, así como con una retrospectiva de la obra de Rufino Tamayo. Para la historiadora del arte Carmen Cuenca, directora del recinto, el reto que enfrenta este género de edificios en la actualidad es enorme porque han tenido que irse adaptando a cambios muy rápidos. “Hoy la experiencia del arte es integral; desde como el museo recibe a la gente; los servicios que ofrece; el manejo de la información, etcétera”. Durante la obra, ella estuvo al mando de la parte museológica; esto implicó ver las necesidades en cuanto al uso de los espacios y la comunicación entre un lugar y otro. “Yo aporté en cómo integrar el programa de exposiciones a la arquitectura.

El edificio es emblemático. Ganó un premio de las Bellas Artes y es un referente de la arquitectura contemporánea de nuestro país. Es un edificio tan fuerte que no quería que los espacios quedaran como bloques de salitas independientes sino que realmente hubiera una conexión entre ellos”. Cuenca pidió que se recuperaran las entradas de luz natural que los arquitectos dejaron desde hace 30 años en las salas y que fueron tapiadas porque el concepto museográfico imperante en la época era tener luces fijas. “Nosotros queríamos que la luz natural generara cambios para romper con la monotonía de la luz artificial pero el museógrafo no quiso porque no la podía controlar; decía que cuando había una nube cambiaba todo; precisamente eso es lo bonito, los colores cambian, se revelan cosas en las obras de arte que no se ven con una luz fija”, dice González de León. Hoy la luz natural finalmente es parte de las exposiciones.

Igualar el concreto

El concreto cincelado es un sello distintivo de las obras de González de León y Zabludowsky. El arquitecto recuerda que cuando empezaron a trabajar con este material en grandes edificios de uso público, decidieron cincelarlo para disfrazar los errores de mano de obra y también porque se genera una textura que brilla con el sol y que se ve bien cuando se moja con la lluvia. Para que la parte de la ampliación tuviera la misma apariencia del edificio original, el arquitecto junto con la constructora y la supervisora se pusieron a buscar una arena similar a la que se utilizó en la mezcla hace 30 años. “Era arena rosa del Valle de México que ya no existe. Encontramos una parecida y durante un mes hicimos muestras hasta que encontramos la adecuada”, dice González de León. Para el arquitecto David Navarro, gerente de Supervisión y Construcción por parte de Winco, fue como hacer un injerto de piel. “Fue un proceso interesante. Con el fin de que el edificio creciera de manera armónica y natural teníamos que lograr que no se notaran los añadidos. Como en la construcción original los agregados se asentaron de maneras diferentes en cada lugar, tuvimos que encontrar los puntos donde había las condiciones más homogéneas para en base a ellos hacer las muestras. Además de igualar el tono del concreto se hicieron varios tipos de martelinado hasta que se logró el más parecido”.


En lo que toca a la solución estructural, Navarro dice que la estructura original es muy rígida y había que ligar las nuevas áreas a esta rigidez para evitar hundimientos diferenciales. Los elementos son similares: muros de concreto de 25 cm de espesor con cimentación de zapatas corridas y contratrabes, y losas reticulares; sólo que en las nuevas áreas las losas tienen una capa de compresión inferior y una superior, entonces visualmente lucen planas, a diferencia de las áreas originales donde si se ve el encasetonado.

Otro de los grandes retos fue ejecutar la obra sin interrumpir la operación interna del museo, asá como garantizar la preservación del arte guardado en las bodegas. “Haciendo una analogía con una operación médica, lo que hicimos fue reubicar el corazón y el cerebro. Durante la obra hicimos varias mudanzas internas y echamos a andar de inmediato las áreas operativas” dice el arq. Navarro. En este sentido Carmen Cuenca agrega que el cambio para el personal operativo fue enorme porque trabajaban con tecnología obsoleta y tuvieron que adaptarse a la actualización tecnológica y profesionalizar su labor.

Colofón

El Museo Tamayo tenía una extensión de 4,978 m2, de los cuales 1,703 m2 fueron remodelados. Se edificaron 1,868 m2 de construcción nueva y se restauraron todas las áreas existentes. El área total del recinto es ahora de 6,846 m2; es decir, aumentó un 30% y más del 50% de los equipos fueron renovados (aire acondicionado, redes, subestaciones, entre otros). Teodoro González de León dice que Rufino Tamayo estaría sorprendido y contento de ver que el museo ganó en espacios y que cuenta con nuevos avances técnicos. Al preguntarle cómo le gustaría que este espacio evolucione en el futuro responde: “No se puede prever el futuro. No existe manera de saberlo; hay que dar soluciones para ahora. El arte cambia y va a seguir cambiando .Cómo íbamos a saber hace 30 años que hoy, siete metros de ancho en las salas ya no iban a servir? Ahora se requieren espacios más grandes y sensibles. El futuro lo construimos todos los días enfrentándonos al presente y siempre va a ser distinto. Lo que si espero es que el museo dure otros 30 años”.

Nuevos espacios

Sala educativa: 222 m2, con capacidad para 70 personas.

Centro de Documentación: Equipado con sistema de almacenaje de alta densidad para conservar el acervo especializado de Rufino Tamayo, la memoria institucional del museo y publicaciones de arte contemporáneo para consulta e investigación del público interesado.

Auditorio: Con nuevo equipo audiovisual y de iluminacioÅLn. Tiene una capacidad
para 180 personas.

Restaurante: Cuenta con un acceso directo desde el Bosque de Chapultepec
y una terraza con una vista excepcional.

Tienda: Con acceso independiente desde el Bosque de Chapultepec. Se podrán
encontrar objetos de diseño, nacional y extranjero, libros y catálogos de las exposiciones
del Museo Tamayo, así como libros de arte contemporáneo y de arquitectura.

Bodega de arte: Aumentó su capacidad de almacenamiento en un 40%. Está
acondicionada con sistema de almacenaje de alta densidad, ajustes de seguridad,
control de temperatura y luminaria, sistema de mallas deslizables, mobiliario
para esculturas y gabinetes.

Espacios al aire libre: Además la explanada, ahora también hay terrazas en los espacios
de exhibición, en el restaurante y oficinas. Los distintivos taludes del edificio, áreas
verdes, andadores y rampas de servicio que conducen al museo fueron renovados.

Accesibilidad: Cuenta con rampas y elevador que facilitan el acceso a personas con discapacidad a todas sus áreas y niveles.

Por Isaura González Gottdiener
Fotos: A&S Photo/Graphics

Artículo publicado en el número de julio 2012 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.

miércoles, 19 de marzo de 2014

PROMOTORA DE CIUDADES Y EDIFICIOS SIN BARRERAS


Cuando estudiaba Arquitectura, nuestra entrevistada sufrió un accidente que transformó su vida. Tuvo que aprender a moverse en una silla de ruedas y a enfrentar las barreras físicas de la ciudad y sus edificios.

En la actualidad, la arquitecta Taide Buenfil es una de las voces más reconocidas a favor de la práctica del diseño accesible y universal. Es egresada de la Universidad Anáhuac, donde también realizó la maestría en Responsabilidad Social. Taide Buenfil recuerda que tras caer de un caballo y quedar discapacitada, regresó a la escuela y terminó la carrera un semestre después que sus compañeros de generación. “Tuve que adaptarme a muchas cosas, desde el hecho de cómo dibujar en el restirador. Se trataba de continuar con la vida”.

La persona que le vendía el cojín para su silla a Taide, la puso en contacto con la organización civil Libre Acceso, donde tanto personas con discapacidad, como las que no la presentan, trabajan para eliminar las barreras físicas, sociales y culturales, siendo las dos últimas las que más afectan a las personas con discapacidad. En Libre Acceso empezó a hacer evaluaciones de inmuebles como usuaria de silla de ruedas y desde entonces ha compaginado la vivencia con su profesión como arquitecta. “Me di cuenta que no sólo existe la gran necesidad de eliminar las barreras físicas como desniveles y anchos de puerta. Va más allá; hay que arreglar actitudes; hacer ver que las personas tenemos los mismos derechos; que requerimos tener acceso a la información, a la comunicación, al transporte”.

Taide Buenfil explica que los avances técnicos y médicos han logrado que las personas con algún tipo de discapacidad motriz tengan la posibilidad de salir a la calle e integrarse socialmente. En los años 50 la esperanza de vida para este grupo de la población no llegaba a la tercera edad, el promedio era 45 años, contrario al día de hoy en que el promedio es de 75 años. “Este cambio en la demografía hace que  arquitectos, urbanistas, y los responsables de las políticas públicas tengan que dar una respuesta a la sociedad”. Esto va más allá de las personas con discapacidad ya que si bien la población mexicana continúa siendo predominantemente joven; de acuerdo con el último censo de población y vivienda realizado en 2010 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la disminución de la mortalidad como el descenso de la fecundidad están propiciando el envejecimiento paulatino de la población.

¿Estamos preparados para que nuestras ciudades y su arquitectura den una respuesta a las necesidades de la sociedad? Taide Buenfil opina que si bien ha habido importantes cambios en años recientes, es necesario crear una mayor conciencia de que hay que transformar nuestro entorno físico no sólo en pro de las personas con discapacidad, sino de toda la población. “Las barreras limitan a las personas pero no en cuanto a su limitación física, sino a que el entorno es el que limita. Un niño que no va a la escuela, no necesariamente es porque no sea capaz, sino porque no puede llegar aunque intelectualmente tenga la capacidad de aprender”.

“¿Cuáles son en realidad las necesidades de la población? En México diseñamos para personas que miden 1.85 m ¿Cuántos medimos eso? Diseñamos para personas con una visión perfecta; con un oído maravilloso. Diseñamos para seres humanos perfectos; con sus facultades en plenitud y dejamos fuera a ese ser humano cuando fue niño o cuando va a ser adulto. Dejamos fuera a las mujeres embarazadas, a las mamás que van con su carreola, a quienes no ven bien…”

Diseño accesible y universal

El diseño accesible surgió en los años sesentas en los países nórdicos y en los ochentas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo tomó como bandera del derecho de las personas con discapacidad. De acuerdo con la ONU, “el acceso no es un acto o un estado, sino que más bien se refiere a la libertad de elección en cuanto a la forma de intervenir, abordar, informar o hacer uso de una situación. El entorno puede ser el conjunto en general o parte de él o la situación a la que se accede. La participación en condiciones de igualdad sería una realidad si se garantizara la igualdad de oportunidades para participar a través de medidas que mejoren la accesibilidad. Los elementos de la accesibilidad son atributos de la disponibilidad del entorno pero no son características del entorno”.

En lo que toca al diseño universal, la ONU dice que éste establece una base para valorar la accesibilidad con referencia a las interacciones entre las personas y el entorno y que la propuesta de valores del diseño universal es el diseño de productos y entornos que puedan ser usados por todas las personas. Es así que la accesibilidad no es un asunto que interese sólo a un grupo social específico, sino que es un requisito indispensable para el progreso de todos.

Taide Buenfil resume así las diferencias entre diseño accesible y diseño universal. “El diseño accesible es para personas con discapacidad, mientras que el diseño universal abarca la complejidad maravillosa del ser humano y el cómo le podemos dar solución”. Para ejemplificar lo anterior, expresa: “Voy al cine con amigos y familia; tengo acceso; puedo llegar, entrar, puedo ver la película; pero los lugares para mi familia o mis acompañantes están en otro lado, entonces la convivencia cambia. Con el diseño accesible damos una solución pero estigmatizamos y separamos, en cambio el diseño universal es para todos”. Otro ejemplo a nivel urbano son las señales visuales y auditivas. Con el desarrollo de la tecnología, muchas personas que van por la calle, van escuchando música en sus audífonos o absortos enviando mensajes por el teléfono celular. Una señal auditiva en un cruce peatonal o un cambio en el pavimento ayuda a esas personas a conectarse con su entorno.

¿Cómo lograr que permee el diseño universal en los responsables de planear, proyectar y construir nuestras ciudades y su arquitectura? Taide dice que se trata de ir rompiendo paradigmas. “Cuando hacemos un proyecto no pensamos si le vamos a poner agua caliente o fría; se la ponemos. Hay que ver al diseño universal como parte de, no como algo adicional. Imagínate cuando se puso el primer inodoro en una casa el cambió que significó en la forma de vida de las personas. Hoy nadie se cuestiona si se incluye o no. Hay que llegar a este punto. A nivel internacional existe cada vez mayor conciencia de que la arquitectura y el urbanismo mejoran comunidades y pueden modificar conductas y actitudes. Sin embargo, en nuestro país hace falta mucho por hacer. En Estados Unidos no se abre un inmueble si no es accesible. En contraste, en México las pruebas del tren suburbano se realizaron sin que fuera accesible. Hay que cambiar esto. Si no es accesible no se puede dar por terminado”.

El cambio en la normatividad y las políticas públicas son los motores para que el diseño accesible y universal vaya más allá de un compromiso social y se convierta en una obligación para los responsables de diseñar nuestras ciudades. Taide Buenfil recuerda que en la década de los noventas las tiendas de autoservicio empezaron a incluir cajones para discapacitados como una ventaja competitiva. “No lo hicieron por ser lindos, sino por obtener ventajas en el mercado; sin embargo, así empezó a generarse un cambio”. A partir de entonces se han desarrollado normativas como la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, que reconoce a las personas con discapacidad, sus derechos humanos y dispone el establecimiento de las políticas públicas necesarias para su ejercicio; y la Norma Mexicana NMX-R-050-SCFI-2006, para la accesibilidad de las personas con discapacidad a espacios construidos de servicio al público.

Funcionaria y académica

Para impulsar desde el ámbito gubernamental la creación de éstas y otras normas, la arquitecta Buenfil trabajó en la Oficina de Integración para Personas con Discapacidad de la Presidencia de la República en la administración 2006-2012 y en el Secretariado Técnico del Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad. Fue entonces cuando se involucró en el tema de responsabilidad social. “En la búsqueda de cómo aterrizar la accesibilidad me di cuenta de que el gobierno sólo no lo logra. Se tiene que sumar la iniciativa privada, la sociedad civil organizada, la academia y los medios de comunicación para concretar y consolidar avances. Eso la llevó a estudiar la Maestría en Responsabilidad Social que se imparte en la Universidad Anáhuac. “Lo sustentable no es sólo lo ambiental, también es lo económico y lo social. Yo estoy involucrada en la parte social sustentable humana a través del diseño universal”. En la actualidad, Taide Buenfil es la coordinadora de la Maestría. Ella está convencida de que para lograr que los programas sociales tengan un gran impacto hay que fortalecer a la sociedad civil, al gobierno y al sector empresarial por medio de la profesionalización.

En lo que toca a la enseñanza de la arquitectura, desde 1998 Taide imparte la materia de Arquitectura para discapacitados en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Al respecto comenta que si bien en universidades el tema de accesibilidad y diseño universal ya se incluye, todavía es visto como algo especial, cuando debería de ser una parte integral. “Cuando empecé con la materia los alumnos llegaban por curiosidad, sin mayor información; en la actualidad llegan a la clase porque quieren tener mayor conocimiento del tema. Eso ha sido un avance”. Para seguir impulsando el diseño universal en las escuelas de arquitectura de todo el país, nuestra entrevistada ha trabajado con la Asociación de Instituciones de la Enseñanza de la Arquitectura de la República Mexicana A.C. (ASINEA).

A nivel internacional Taide Buenfil pertenece a la ICTA (International Commission on Technology and Accessibility por sus siglas en inglés), Región Latinoamérica. Esta asociación promueve el cambio social y difunde el conocimiento por medio de pláticas y cursos. En el caso de Latinoamérica, Taide dice que los países tenemos muchas similitudes y el intercambio de información es importante para adecuar la normatividad internacional a nuestra realidad y necesidades.

Otro ámbito en el que ha tenido una participación destacada es como jurado del Premio Obras CEMEX en la categoría Congruencia en Accesibilidad. “CEMEX me invitó a colaborar en el premio desde la segunda edición. Su intención era difundir y promover la accesibilidad. La primera vez pensé ¡Ojalá por lo menos haya una rampita, algo que tenga intención de diseño para las personas con discapacidad!. Ahora ya nos podemos dar el lujo de escoger entre varios proyectos”.

Para Taide Buenfil en el diseño universal se trata de dar una mayor vivencia de los espacios a todas las personas. “Es importante que las vivencias de la ciudad y la arquitectura no sean sólo visuales. Tenemos cinco sentidos. Hay que buscar la forma de tener la mayor vivencia del espacio a través de las texturas, el color, el olfato… Hay mucha tecnología, muchas herramientas que hacemos a un lado por pensar que son más caras. Hay que cambiar este paradigma; hay que verlo como una inversión y no como gasto. Es un tema que la gente acepta rápido porque es real. Muchas veces no se realizan las acciones por falta de conocimiento. Además, si lo vemos con una visión más amplia, el diseño universal está directamente relacionado con la competitividad de las ciudades. Quienes tienen tiempo y dinero para viajar están acostumbrados a las comodidades y prefieren irse a otros países porque aquí no tienen las mismas facilidades de movilidad y conectividad. Cuando llegas a un entorno que te frena, se siente”.

Por Isaura González Gottdiener
Fotos: a&s photo/graphics.

Artículo publicado en el número de julio 2012 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.

lunes, 17 de marzo de 2014

CARNE Y GEOMETRÍA EN DA VINCI


Por Ernesto Sábato*

Al incorporarse sobre las dos patas traseras, un extraño animal abandona para siempre la felicidad zoológica para inaugurar la infelicidad metafísica: descabellada ansia de eternidad en un miserable cuerpo destinado a la muerte. Solamente se salvarán de la catástrofe los únicos que ignoran su fin: los niños. Los únicos inmortales.

Pero todo lo que está sobre la faz de la tierra padece la inclemencia del tiempo. Hasta las arrogantes pirámides faraónicas, levantadas con la sangre de miles de esclavos, constituyen nada más que simulacros de eternidad, derruidas como finalmente son por los huracanes del desierto y sus arenas. La ingrávida geometría que es su esqueleto matemático, sin embargo, es invulnerable a esos poderes destructivos. Bajo el claro cielo de Calabria, escuchando las armonías de la más inmaterial de las artes, Pitágoras de Crotona fue el primero en intuir un universo eterno de triángulos, de pentágonos, de poliedros.

Algo así como cien años más tarde, un genio vicioso, un hombre que profundamente (y acaso dramáticamente) sufría la precariedad de su cuerpo, sueña a su vez con ese universo impecable e insta a sus discípulos a escalarlo con la geometría. Su alumno más famoso intenta explicar el acceso de los mortales a ese topos uranos con una metáfora: en otro tiempo, dos caballos alados arrastraron un carro conducido por el alma, acompañada por los dioses, hacia ese Lugar de las Formas Perfectas; pero cuando ya alcanzaba a vislumbrar su resplandor, o quizá por eso mismo, perdió el gobierno de sus caballos y se precipitó a la tierra; desde entonces, está condenada a ver únicamente las burdas materializaciones de aquellas Formas, empujadas y maltratadas por la turbulencia de este universo temporal. Pero algo le ha quedado de aquella confraternidad con los dioses: la inteligencia; y la geometría, su logro más perfecto, silenciosamente le indica que, más allá de la furia de las tempestades, de los seres que aman y se destrozan, de los imperios que arrogantemente se levantan y míseramente se derrumban hay otro universo eterno e invulnerable.

Algo así como cinco mil años más tarde, otro genio (que, como todos los hombres, pero con la mayor intensidad que el genio proporciona, obtuvo las transitorias venturas del amor y la amistad y sufrió la inevitable desdicha del tiempo) también buscará con la ayuda de las matemáticas no sólo el poder sino la eternidad; y, cuando las matemáticas no bastaran, mediante el arte en el que el tiempo no transcurre. Y dirá en sus momentos de melancolía: "Oh, tempo consumatore delle cose; oh, invidiosa antichità, per la quale tutte le cose sono consumate dai duri denti della vecchiezza, poco a poco, con lenta morte!" ¿Cómo no había de colocar, debajo de sus frágiles imágenes, las perdurables formas de la geometría? Contemplemos La Virgen de las Rocas: en la secreta gruta dolomítica, veladamente azulina y verdosa, delicadamente alejada del horrible mundo, debajo de las sutiles vestiduras y de la callada gracia de los gestos, los austeros triángulos, el esqueleto de la eternidad.

En una novela titulada To the Lighthouse, una pintora ansía "que todo parezca ligero y pronto a temblar al más leve soplo del tiempo, pero que debajo haya una estructura de hierro". Esta estética es la que practica la misma Virginia Woolf, y es también la de Leonardo. Una estética que ya es una metafísica.

Y ese despojo de lo contingente, aquella "necesità" a la que alude en sus anotaciones: el índice con que enigmáticamente señala el ángel no es un elemento superfluo o meramente decorativo; en la variación que se conserva en la National Gallery, hecha por alumnos o imitadores, ese gesto fue suprimido, y el cuadro es sigilosamente inferior.

*Ernesto Sábato, APOLOGIAS Y RECHAZOS, Seix Barral -Biblioteca Breve, 1979.

domingo, 16 de marzo de 2014

UN OASIS DE CONCRETO


La nueva terminal del Aeropuerto Internacional Reina Alia,  en Amán, se consolida como puerta de entrada a las maravillas de Medio Oriente.

La ubicación, eficiencia, confort y calidad espacial de los aeropuertos es punto clave para fomentar la atracción del turismo. De ahí que a lo largo y ancho del orbe, las ciudades inviertan en el mejoramiento, así como en la creación de nueva infraestructura en este rubro. Facilitar la movilidad y conectividad de los viajeros, bienes y servicios incrementa no sólo el turismo, sino la competitividad de ciudades y regiones enteras.

Para elevar la capacidad de pasajeros de 3.5 millones anuales a nueve millones, el Ministerio de Transporte del Reino Hachemita de Jordania concesionó a la iniciativa privada mediante un concurso, la renovación, ampliación, mantenimiento y operación del Aeropuerto Internacional Reina Alia (AIRA), ubicado en Amán, capital del país árabe. El aeropuerto fue construido en 1983 y recibe a más del 97 por ciento del tráfico aéreo del país. Desde el año 2000, esta infraestructura empezó a tener problemas de capacidad para atender el crecimiento sostenido del tráfico aéreo.


Los trabajos de ampliación del AIRA incluyeron la repavimentación de la pista de rodaje sur; la actualización y mejora de la terminal existente y la construcción de un centro de transferencia temporal  de equipajes. La empresa que ganó la concesión de la operación para los siguientes 25 años fue J & P (O) Ltd.

El despacho encargado de desarrollar el proyecto arquitectónico fue el famoso Foster+Partners, dada su experiencia en los proyectos de los aeropuertos de Beijing (en China), Stansted (en Londres) y Chek Lap Kok (en Hong Kong), así como por su destacada trayectoria en torno al diseño sustentable.

Inspiración local

Para realizar este proyecto, el equipo de Foster+Partners estudió a fondo la arquitectura islámica, la historia, el clima y las costumbres locales. Amán es una de las ciudades más antiguas del mundo y actualmente es el centro comercial, industrial y administrativo del reino de Jordania. Con una población aproximada de dos millones de habitantes, esta es la puerta de entrada para los viajeros que visitan las atracciones de los alrededores como son la impresionante Petra y Wadi Rum.


El nuevo edificio, de tres niveles, un sótano subterráneo y 26 metros de altura fue solucionado con base en módulos que se repiten para permitir la expansión futura. El crecimiento previsto es de un 6 % anual que resultará en un flujo de 12 millones de pasajeros para el 2030. La ampliación recién realizada, que estará totalmente terminada en 2014, aumentó la superficie del inmueble de 60 mil a 100 mil metros cuadrados y atenderá el incremento paulatino de pasajeros de aquí a 2020 (hasta 9 millones de pasajeros anuales) con 15 nuevas puertas de embarque y tres puestos remotos. En 15 años se sumarán 116 mil metros cuadrados con 15 posiciones más para los aviones.


Al centro del edificio están concentradas las áreas de procesamiento de pasajeros, así como las de apoyo como tiendas, restaurantes y salones VIP. Los pasajeros que llegan lo hacen por la planta baja y los que salen, por la alta, ya que están divididos en dos alas. La zona donde se recoge el equipaje tiene doble altura y cuenta con seis carruseles. Los interiores de las salas de espera son espaciosos, con mucha luz natural indirecta que se filtra por la cristalera de la fachada y por las rendijas entre las uniones de los módulos de la cubierta.

Las fachadas son de cristal en todo el perímetro para permitir la vista hacia los aviones. Para protegerlas del sol, en el acceso la cubierta tiene generosos aleros que proporcionan sombra, y parteluces en la zona de salas de espera. Estos elementos evitan la ganancia solar y el deslumbramiento. Un aspecto que consideró el proyecto es que en Jordania, cuando la gente viaja, es despedida o recibida por muchos familiares, de allí que haya una gran plaza de reunión con bancas, árboles y espejos de agua revestidos con azulejos oscuros.



El aeropuerto tiene un diseño pasivo altamente eficiente inspirado en las tradiciones locales. El proyecto retoma elementos de la arquitectura islámica como los patrones geométricos en la estructura modular y los patios al aire libre. Estos últimos tienen plantas y espejos de agua revestidos de azulejos oscuros que ayudan a regular la temperatura entre el exterior y el interior junto con la elevada masa térmica que proporciona el concreto, material predominante en esta gran obra aeroportuaria. En lo que toca a la incorporación de energías renovables, el aeropuerto cuenta con paneles fotovoltaicos para generar electricidad.

Una cubierta telesada de concreto

Sin duda alguna, el rasgo distintivo del AIRA es la gran cubierta que comprende más de 80 bóvedas de concreto prefabricado inspiradas en las tiendas hechas con tejido de pelo de camello o de cabra, donde 
viven los beduinos del desierto árabe. Prefabricados en el sitio,estos elementos tienen poca profundidad y se ramifican desde las columnas de apoyo. La sucesión de módulos cumple con las características de las superficies teseladas que son un sello inconfundible de la arquitectura islámica: no dejan huecos ni figuras superpuestas.

Para absorber la variación térmica de los veranos jordanos, donde las temperaturas suben a más de 40 grados centígrados durante el día y bajan alrededor de 10 grados centígrados en la madrugada, las bóvedas tienen un revestimiento metálico hacia el exterior, que actúa como un escudo térmico.

Esta capa, ligeramente separada del concreto deja una cavidad para el aire de manera que el interior se ventila eficientemente ante cualquier acumulación de calor. Hacia el interior, el concreto queda aparente y está grabado, semejando las venas de una hoja. En la elaboración del concreto se utilizó grava de la región que le dio un tono ocre, similar al de la arena del desierto. Entre las uniones de las bóvedas se dejaron tragaluces en forma de gota para que ingrese la luz natural; estas bóvedas fueron cubiertas con vidrio entintado para evitar el deslumbramiento.



En el comunicado de prensa emitido por Foster+Partners el día de la inauguración del AIRA, Mouzhan Majidi, director ejecutivode la firma dijo que "el aeropuerto internacional Queen Alia es un proyecto extraordinario. Se ha transformado en un centro de Amán y ofrece un desarrollo crítico para la economía en general a través de los vínculos regionales. El nuevo edificio de la terminal es de bajo consumo energético; permite la expansión gradual y es un símbolo dinámico de Jordania. Nuestra participación desde la fase de diseño conceptual, el apoyo a la selección de los operadores, y el desarrollo del proyecto ejecutivo ha involucrado a muchos de nuestros especialistas, desde arquitectos a analistas del clima, planificadores espaciales y especialistas en geometría".

Colofón

Estratégicamente la posición del AIRA coloca a Amán como el principal centro de la región de Levante que incluye a Siria, Líbano, Palestina, Israel y Chipre. El costo aproximado de esta magnífica obra fue de 675 millones de dólares.

Por Isaura González Gottdiener
Fotos Foster+Partners


Artículo publicado en el número de agosto 2013 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.