sábado, 15 de marzo de 2014

A LA SOMBRA DE UN ALMENDRO

“Mi mejor maestro
es el árbol en la
esquina de mi
taller…”
Antonio Gaudí, 1926

Un despacho de arquitectos emeritense genera una obra envuelta en una caja de concreto, con vista a un majestuoso árbol.

En el año de 2002 el arquitecto Arturo Campos abrió su despacho en Mérida tras regresar a su ciudad natal, una vez concluidos sus estudios de doctorado. Una década después empezó a buscar un lugar para establecer su estudio definitivo y lo encontró en una casa cuyo principal atractivo era el árbol de la entrada. “Todo arquitecto tiene la ilusión de tener su despacho en un espacio agradable y yo había recorrido varios hasta que se le aumentó un segundo nivel para tener un espacio de doble altura con mezzanine hacia la calle; las paredes de la planta baja se abrieron para crear espacios más limpios y ventilados, y fue abierto un patio interior para iluminar y ventilar el área del taller.

Experto en arquitectura bioclimática, Arturo Campos vio que una de las ventajas del almendro era su ubicación. Al estar en el lado sur del terreno el follaje del árbol funge como celosía natural que evita la incidencia directa del sol hacia encontré una casita de un piso, muy cerrada pero con un almendro
en la puerta; la presencia del árbol fue lo que hizo que la comprara”, cuenta a CyT este arquitecto.


Una vez adquirida la propiedad, el arq. Campos puso manos a la obra. Lo primero fue detectar qué podía ser aprovechado de la construcción original (destinada a casa habitación), para adecuarla a
su nuevo uso como despacho de arquitectura. El edificio fue intervenido de la manera más sencilla posible. A la casa preexistente y el patio. “El proyecto es sencillo y moderno. La principal finalidad fue respetar el árbol de almendro existente, el cual se observa desde cualquier punto del inmueble. Ha sido un proyecto aceptado por su sencillez, por los buenos resultados de confort climático interior; por su respeto al entorno y por asimilar técnicas pasivas de control ambiental”, expresa Arturo Campos y agrega que el almendro aporta el interior. Esta condición logró que se pudiera abrir la vista franca hacia la calle con un ventanal de doble altura. Otros elementos de diseño bioclimático considerados en esta obra son: tener techos muy altos, así como la existencia del patio. El concreto pulido, uno de los principales materiales de la construcción, también ayuda a lograr un mayor confort climático para los usuarios. La premisa principal del diseño fue generar espacios fluidos y flexibles con vistas hacia el almendro riqueza visual, así como confort ambiental y lumínico.

Materialidad

Para el arquitecto Campos este edificio debía mostrar los materiales empleados de manera honesta
y no utilizar recubrimientos especiales. El concreto pulido conforma muros, pisos y techos. Incluso los elementos especiales como las mesetas de los despachos y los baños son de concreto pulido. “Este material permite sentir el espacio más fresco y luminoso además de que se reducen los costos finales al eliminar cualquier otro tipo de acabado final”, dice el entrevistado.

El proceso constructivo estuvo conformado por muros cargadores de block de concreto y losas de
vigueta y bovedilla. Para poder abrir los claros en la planta baja, la estructura se reforzó con viguetas de acero. De igual modo, en la doble altura que aloja al mezzanine hay unas equis de acero, colocadas de manera sucesiva que ayudan a conformar el espacio y permiten una visual muy agradable, al tiempo que dan jerarquía a la oficina principal y fungen como apoyos para la losa de concreto.


Todo el concreto fue colado en sitio. Para Arturo Campos la principal dificultad de trabajar con este material es que se tienen que colar los paños completos para lograr el resultado visual deseado. Otro tema es que hay que tener bien definidas las ubicaciones de las salidas eléctricas, hidráulicas y sanitarias ya que una vez colado no se puede romper. “La ejecución no fue complicada; el asunto es cuidar los detalles”. El despacho se encargó de la obra y la realizó con tal cuidado que pronto llamó la atención de arquitectos y constructores yucatecos.

Como anécdota, el arquitecto Campos cuenta que un especialista en prefabricados se sorprendió de la perfección lograda en los paneles colados in situ. Otro aspecto que destaca Arturo Campos es que empleando los materiales adecuados puede obtenerse un gran resultado. “Trabajamos con un presupuesto reducido; de ahí también el gran valor de este proyecto. Ser tu propio cliente te hace esforzarte en aprovechar los recursos que tienes al máximo. La obra se realizó en un tiempo aproximado de un año, utilizando los recursos disponibles”.


Espacios iluminados y ventilados

Con vastos ventanales, todos los espacios interiores del “Despacho a la sombra de un almendro” cuentan con una profusa iluminación natural. Los pisos, muros y techos de concreto pulido dan una sensación de amplitud y luminosidad que se siente de inmediato al entrar de la calle a este taller de arquitectura. Agradablemente fresco, el interior no requiere de sistemas de aire acondicionado, todos los espacios se ventilan de forma natural.


La iluminación arquitectónica surge del piso o del techo según el espacio en que esté. Por la nochela fronda del almendro es iluminada y la presencia del edificio hacia la calle queda destacada. Por la fluidez espacial que tiene esta obra bien podría convertirse en una galería de arte o en un espacio para realizar eventos culturales. “Quise crear un lugar que en un futuro pueda transformarse en otra cosa”, dice Arturo Campos y agrega que cuando recibe a sus clientes ellos disfrutan la libertad espacial y caminan de un lado a otro mientras le expresan qué es lo que desean para los nuevos proyectos que pronto darán inicio.


Acerca del creador

José Arturo Campos Rodríguez es doctor en Arquitectura, Cum laude con mención de honor, por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB). Obtuvo Mención de Honor por su tesis “Las Voces de Gaudí”. Es experto en arquitectura bioclimática, Modernismo y en la obra de Antonio Gaudí. Ha realizado estudios de posgrado en España y Estados Unidos, como la maestría en Valoraciones Inmobiliarias, en Barcelona; estudios en diseño bioclimático en la Universidad de Wisconsin y Restauración de Monumentos Históricos en la Universidad de Florida.

Arquitecto colaborador de 1999 a 2002 en la construcción del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, proyecto original de Antonio Gaudí en Barcelona, donde tuvo a su cargo la construcción de salas de exposición, sala de audiovisuales y aulas de catequesis en el Museo del Templo, así como la
construcción y supervisión de las zonas destinadas a Coros Femeninos o Gineceo, el claustro de la fachada de la Pasión y el diseño de los Siete Grandes Ventanales del deambulatorio del ábside. En España fue editado su libro Las Voces de Gaudí en el año de 2002.

El arquitecto Campos ha sido distinguido con la Mención de Honor en la Bienal de Arquitectura Yucateca 2006 por la “Casa cambiante”. Recibió el Galardón al Mérito arquitectónico por la Federación Nacional de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana (FCARM), en 2010. Mención de Honor en La Bienal Nacional de Arquitectura Mexicana 2012 por “Los siete grandes
ventanales del deambulatorio del Ábside en la Sagrada Familia de Barcelona”.

Por Isaura González Gottdiener
Fotos: Cortesía Arturo Campos Arquitectos (Alberto Cáceres)

Artículo publicado en el número de noviembre 2013 de la revista 
CONSTRUCCION Y TECNOLOGIA EN CONCRETO del
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y EL CONCRETO, A.C.

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