Su filosofía de vida se fundamentó en la búsqueda de soluciones a las necesidades básicas del ser humano en cuanto a seguridad, confort y conocimiento. El conjunto de su obra debe entenderse como una respuesta a la sucesión de problemas o cuestiones planteadas por sus clientes o por ellos mismos como creadores.
Los Eames diseñaron piezas de aviación en madera laminada para la industria aérea y el gobierno, de esta manera acccedieron a materiales y financiamientos impensables para fines civiles. Como consecuencia de esta participación, tras la Segunda Guerra Mundial, diseñaron una línea de sillas, mesas y pantallas producidas mediante novedosas técnicas de moldeado de madera laminada. Según el Washington Post, Charles Eames cambió la manera de sentarse en el siglo XX.
En la producción de su mobiliario fue fundamental el papel del fabricante Herman Miller, que comercializó gran parte de sus creaciones y que permitió que ellos mismos fueran los encargados de la publicidad. En sus anuncios los Eames utilizaban vivos y divertidos colores y muchas veces los acompañaban con gráficos didácticos en los que explicaban el proceso de fabricación y los posibles usos del mueble.
Los pilares que incentivaron la investigación de los Eames sobre las formas del asiento y el respaldo de las sillas fueron el estudio de la ergonomía y la correcta distribución de pesos, prescindiendo por supuesto de la tapicería tradicional.
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